Por: Lucy Galvis.
El negocio de las mentiras que más afecta nuestra democracia, las observamos en la política, los negocios, la farándula, los deportes. Inducen a la desinformación, y enrarecen la comunicación entre personas, compañías, países. Problemas complejos como la educación, las migraciones, el cuidado de la salud, o la acción policial, no alcanzan a construir compromisos sobre argumentos públicos y robustos para su discusión y análisis. Las controversias políticas se vuelven entretenimiento, y el entretenimiento chismes, bullying, generalizaciones que conllevan discriminación de los afectados, a la construcción de informaciones sobre fuentes de información de dudoso origen.
Hoy en día, con el crecimiento de los contenidos en internet, el acceso a la información que reciben los ciudadanos y sus familias termina en manos de hackers informáticos que llegan a sistematizar todo el proceso de desinformación en detrimento de la calidad de las decisiones que dependen de las noticias que encontramos a diario. Son causa de incertidumbre en los mercados, los hay en la publicidad, y en la información económica, observamos montajes de testimonios y estadísticas, con acciones cercanas al fraude, al engaño, y a la demagogia.
Puede haber Fake News sin intención y deliberadas, éstas últimas entregan informaciones a medias que buscan ocultar grandes delitos. Algunas de estas informaciones atentan en contra de la salud como cuando muestran la supuesta eficacia de un nuevo medicamento.
Las Fake News buscan impactar las emociones de quienes acceden a ellas, aumentan el clamor popular, bajan el nivel de importancia de una información, manipulan para dividir y reinar, atacan a la persona, faltan el respeto, devalúan, emiten juicios de valor, atentan en contra de la integridad física de las personas, escalan el problema, y pueden poner en peligro a las personas si a los implicados les da por irse de las manos.
Los comentarios sutiles atentan en contra de la credibilidad y el prestigio de las personas, formen parte o no del mundo del espectáculo. Sin duda, son propuestas de comunicación seductoras, noticias tendenciosas de apariencia popular pero que atentan en contra de la libertad de expresión al acallar a los victimados, en tanto que convocan a la gente para que hagan comentarios vituperantes.
¿Existe alguna forma de hacer frente a este problema?
Aunque es diferente para cada país, reseño lo que dicen los abogados al respecto, no siendo éste un análisis exhaustivo, para resolver su caso remítase a un abogado. En todo caso se pueden emprender acciones penales y acciones civiles sobre la divulgación y difusión de una noticia falsa. Una persona o un colectivo, empresa o estado, pueden solicitar una rectificación de la información difundida por cualquier medio de comunicación social, “de hechos que lo aludan, que considere inexactos, y cuya divulgación pueda causarle perjuicio”.
Es importante evaluar el tipo de medio, plataformas, WhatsApp, así como el contenido de la información divulgada para considerar las opciones legales existentes. En algunos casos, identificar al autor implica denunciar los hechos a la Policía o a las autoridades de investigación, y control, para establecer con precisión las implicaciones del o los mensajes, que podrían incluir fotografías, actividad informática ilegal, o delitos de lesa humanidad como odio, discriminación, extorsiones, y otros.
Economistjurist.es establece la siguiente clasificación de una noticia falsa, tomado de First Draft, otra página web, para tomar en cuenta: 1) Contenido inventado: Completamente falso. 2) Contenido impostor: suplanta fuentes genuinas. 3) Contenido manipulado: textos o imágenes reales manipuladas para variar su sentido. 4) Contexto falso: información real sacada de contexto. 5) Omisión de contenido: eliminar partes de la información para sesgar la noticia. 6) Conexión falsa: noticias, imágenes o pies de fotos que no se corresponden entre sí. 7) Sátira o parodia: el contenido es irónico y no busca engañar pero puede tener ese efecto”.
Y dentro de las acciones penales mencionan, tomado al pie de la letra de la página que orienta sobre las acciones legales pertinentes para que quien necesita pueda establecer correctamente las preguntas a su abogado ya que cada vez son más frecuentes estos delitos en nuestro contexto inmediato: 1) Delito de Calumnia. Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad. 2) Delito de injuria. Es injuria la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación. 3) Delitos de odio o fomento de la violencia contra grupos o personas determinadas por motivos racistas, étnicos, ideológicos, religiosos, etc., pretende proteger el respeto al diferente, sometiendo las libertades de expresión e intelectuales, a un principio superior: “la igualdad y dignidad de todos los ciudadanos”. 4) Descubrimiento y revelación de secretos. Si la desinformación va acompañada de datos personales, pueden concurrir con esta figura delictiva. 5) Delitos contra la integridad moral. En casos muy graves y siendo la víctima un afectado individual, podría encajar esta figura. 6) Delito de desórdenes públicos. En caso de que el contenido sea alarmista, catástrofes o atentados, o causen el auxilio o intervención de los servicios de emergencia, la afirmación falsa encajaría con esta figura. 7) Otros delitos posibles. Tras análisis de la noticia o información falsa, podrían encuadrarse otros delitos como delito contra la salud pública (por ofrecimiento o comercialización de un producto que cause daño a la salud, por ejemplo “curanderos”) o delito contra el mercado o consumidores si en la publicidad existen alegaciones inciertas, que causen perjuicio grave y manifiesto.
Es importante que considerando la frecuencia con la que se producen estos casos, la gente no tenga miedo de denunciar, hablar del tema, es tan común que valdría la pena establecer
reuniones con quienes nos hemos sentido victimizados por tales causas, con el fin de que el estado colombiano mejore las políticas de protección a los afectados. No teman denunciar bullying, todos tenemos defectos, y hemos cometido errores, que la timidez no sea el problema, muchas extorsiones, y delitos mayores se pueden prevenir denunciando a tiempo.
Cuidado con los niños y jóvenes, la sobre exposición a estos mensajes puede ocasionar suicidios, y anorexias, los adultos debemos estar atentos a identificar los mensajes intimidantes, y a actuar para proteger a los niños, niñas, jóvenes, y jovencitas. Debemos construir un entorno de confianza para con nuestras familias, hijos, padres, abuelos, el entorno de amigos y allegados, incluso socios de proyecto, empleados, y jefes, para hablar del tema, abiertos a brindar afecto, comprensión, y apoyo a las personas manipuladas. Hay que cuidar la salud, hasta los animales sienten estrés en estos eventos.
1 Fuente: https://president.upenn.edu/meet-president/extremist-rhetoric The Lure & Dangers of Extremist Rhetoric. By Amy Gutmann. Fall 2007 - Daedalus (The Journal of the American Academy of Arts and Sciences).
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