Original del sábado, 14 de agosto de 2010.
Dado que mi primer texto sobre la idea de montar una escuela virtual de gobierno para las FARC generó tanta polémica, he querido comenzar a desarrollar el contenido para que me digan qué les parece y si como yo sienten la necesidad de hacer algo frente a la situación de conflicto en nuestro país. Hoy escribí un texto sobre la autonomía, espero retroalimentación de su parte para que juntos construyamos este blog, ¡bienvenidos!
Ser autónomo significa para mí tener una posición frente a tres temas clave: la ética, la estética y la ecología, y ser coherente con la opción escogida. Ser quien se es, aunque no necesariamente quedarse en donde se está (difícil pensarlo en inglés: to be who you are, but not to be (stay) where you are – “to be or not to be, that is the question” - Hamlet). Desde lo ético, ser autónomo significa ser responsable de las relaciones con los demás, no necesariamente desde el punto de vista de la culpa, ser culpable de no cumplir con los preceptos de la sociedad.
¿Un criminal podría ser y actuar autónomamente, sin culpa, si asume que su decisión de vida consiste en hacerles daño a los demás? – “Más allá del bien y del mal” - Nietzsche.
La dimensión ética implica un sentido de la responsabilidad frente a sí mismo, frente a la familia, y frente a la sociedad, cuando se asume que la vida en colectividad es importante para la supervivencia del individuo, cuando se entiende que la organización social es fundamental para la coexistencia, que dicha organización establece unas normas que deben ser cumplidas no por obligación, sino por convicción, porque conforman los pilares para el bienestar de las personas.
Actuar autónomamente no quiere decir vivir en automático.
Una persona autónoma no solo es receptora de los beneficios de vivir en comunidad sino que contribuye activamente a la construcción de la misma, respetando los derechos y asumiendo los deberes que la sociedad le impone.
Desde el punto de vista de la estética (estudio sobre lo bello – en algunas épocas de la historia lo bello está relacionado con lo bueno), la autonomía es hacer efectivos los derechos, consiste en defender un particular enfoque frente a la vida, es reconocer los estímulos que entran a través de nuestros sentidos y elegir, en buen derecho, lo que nos satisface – en el mundo moderno, ser bello significa tener más “autonomía” que los demás sobre los propios derechos.
Desde lo ecológico, el ser autónomo comprende su responsabilidad para la supervivencia de la especie, en la conservación del entorno y frente al cuidado de sí mismo.
Sábado 26 de Septiembre de 2020.
Hoy quisiera agregar. Autonomía es la capacidad de tomar decisiones por sí mismo y de actuar conforme al propio criterio, sin culpas cristianas, sin culpas legales, porque me tomé el tiempo, el trabajo de pensar por mí mismo qué quería, qué estaba dispuesto a hacer, lo hice y no herí a nadie.
Lo último para sentir que uno tiene el control de lo que ocurre y de uno mismo, es no sentir culpa, cuando uno siente culpa, en términos más cotidianos, que uno fue responsable de algo, uno no está siendo autónomo, de inmediato se desencadenan una serie de hechos que no dejan dormir tranquilo, eso es inestabilidad, cuando uno se siente que camina en la cuerda floja y no tiene dominio de esa situación, es que no entrenó lo suficiente para lograrlo, otros han caminado en un escenario similar con mucho mayor control. Entonces, ser autónomo sería también, sentirse competente para asumir las consecuencias de nuestras decisiones.
Yo puedo solo, decimos a los demás. Un bebé gana en autonomía cuando comienza a caminar.
Esto de la culpa es importante porque muchas personas dejan de hacer lo que quieren y pueden por miedo a la crítica, la crítica es un muro invisible que nos impide emprender, por ejemplo, quedamos en manos de los demás, hay manos inescrupulosas e impunes. Cuando uno ha considerado cada punto, puede contrastar lo que le dicen los demás sobre cualquier cosa, y lo que sabemos de la misma, no nos dejamos engañar tan fácil, hacemos uso de nuestro discernimiento, que es una competencia que desarrollamos durante años de aprendizaje.
Autonomía es identificar el contexto desde el que nos habla un interlocutor, dos premisas no tienen que ser necesariamente opuestas, alguien dice, para que la empresa crezca tienes que endeudarte, bajo ciertos parámetros eso puede ser cierto, uno podría responder, entiendo el punto pero eso no es lo que vamos a hacer, vamos a crecer mediante el ahorro.
Nadie le está llevando la contraria a alguien porque para un problema pueden haber uno o más conjuntos solución, como cuando decimos que para atender las necesidades del campo se va a construir una vía que permita sacar los productos del campo a la ciudad, y que también se van a llevar a cabo actividades para fortalecer las redes de apoyo entre ciudadanos, las dos ideas aunque diferentes hacen que en conjunto se obtengan mejores resultados, resultados sumados.
Actuar sin culpa es haber definido con tiempo nuestros propios valores, qué es importante para cada uno y cómo me incluyo en una comunidad. Voy a decir la verdad es una decisión importante, aún si me equivoco, uno podría equivocarse de buena fe por falta de información, la gente valorará la honestidad en mi actuar, será un valor agregado a quien soy como persona, como profesional.
Uno pensaría que en algunas ocasiones es mejor no decir la verdad porque alguien se podría ver afectado, yo pienso que es mejor aprender a comunicar las malas noticias a tiempo, ¿cómo que no le van a decir a una madre que su hijo soldado ha muerto? Aún si sufre de graves dolencias, resulta peor no comunicar a tiempo, en algunos casos puede ser catastrófico.
Muchas situaciones se habrían podido evitar con la información entregada de manera oportuna. Entonces autonomía tiene que ver con responsabilidad. Me siento responsable de la situación, me habilito rápidamente aún frente a cualquier contratiempo que no esperaba, y estoy listo a actuar antes de que ocurran los inconvenientes, como cuando una conduce un vehículo, sabe maniobrar la palanca de cambio, el pedal y el freno, y estoy mirando por el panorámico la carretera, uno no está tan concentrado en mover el embrague y se olvida de la ruta, menos con pasajeros en el vehículo. Luego, si me accidento no hay culpa, no es que yo decidí lanzarme con todo y vehículo al precipicio que porque me emocioné. Eso sencillamente no ocurre cuando yo me manejo de manera autónoma.
Hay que estar revisando los propios conceptos de cuando en cuando. Algo le pasó a Lucy, dirán, que cambió mucho o poco lo que pensaba. La experiencia lo va modelando a uno.
¡No, es que me lancé por la ventana para hacer un giro prohibido, me paré en el capó!
Controla su destino quien tiene dominio de sí mismo.
Comments