Por: Lucy Galvis para Hay Un Lugar.
Tomado de e-pyme: 2010 (Blog emprendimiento - Apuntes personales).
Emulando el título del libro del mismo nombre de la autora Juliet B. Shor, se propone, de manera particular, la pregunta sobre si hoy por hoy existe un mercado para la infancia o una infancia para el mercado.
Viviana Minzi, investigadora de la Universidad de Buenos Aires, observa la relación entre los niños, los medios y la educación, y dice que la escuela tiene que educar en una mirada crítica hacia la tv, pues niños y jóvenes crecen con la tele y reciben una oferta heterogénea de contenidos que preocupan a padres y maestros.
Los niños de hoy no son como los de antes y la diferencia radica en el ideal de niños que tienen padres y maestros vs. los niños reales que hacen varias cosas a la vez. Esto se debe a la interpelación de las imágenes que no se basan en la disciplina, los jóvenes miran tv mientras hacen otras cosas, y las nuevas tecnologías que comunican desde la emoción, el sentimiento y la pasión y no desde la razón, aunado al peso de los derechos de los niños que hoy son más escuchados.
Es diferente cómo el mercado interpreta el discurso de los derechos de los niños, hoy se ve un deslizamiento del derecho al capricho, y se hace necesario explicar a los niños que el derecho no es todo lo que uno desea. Los muchachos ven tevé antes de ir al colegio, por ello es importante brindar herramientas para que puedan enfrentar las propuestas de los medios que es otra manera de ver la formación ciudadana.
En cuanto al número de horas que pasan al frente de un televisor, lo importante no es el consumo sino el vínculo que establecen con la televisión. Los amigos influyen más que la televisión en el consumo infantil, muchos padres compran el discurso de que los niños son maduros, autónomos y que cualquier intervención es signo de autoritarismo. La prédica que vende el derecho a la autonomía, termina proclamando su derecho a la soledad. Con la apariencia de libertad, se fomenta la dependencia de padres e hijos respecto del mercado, pues el mundo de los niños está construido por adultos, publicistas preocupados por la comercialización que no dimensionan el impacto de ese bombardeo de conceptos sobre los niños. Una estrategia del mercado consiste en borrar la figura del adulto. Es preocupante como los padres convalidan esta táctica al desatender los consumos culturales de los niños.
Hoy los niños seleccionan los juguetes y la tevé juega un papel fundamental porque los programas poseen una lógica interna que los padres desconocen, los padres deberían pasar más tiempo con sus hijos y conocer la oferta de contenidos disponible. Sobre esa misma lógica, el mercado promociona una cantidad de objetos, un ejemplo es el de Pokemón, serie sobre la que se vendió una colección de 40 personajes. Un estudio establece un vínculo entre la presión del mercado y la delincuencia, ya que el bombardeo publicitario comercializa un ideal de vida para los que tienen cómo comprar, que llega a todos, incluso a los niños de menor poder adquisitivo. Los consumos culturales instalan un modelo de valores y de vida. El conocimiento de la sociedad está muy mediatizado y en consecuencia la escuela tiene que educar en una mirada crítica hacia los medios. Es un modo de alfabetización cívica. Es necesario que la escuela abra una agenda temática más allá de lo que propone la tele, para formar ciudadanos que no sean meros receptores de productos sino sujetos con capacidad de proponer. ¿En qué medida la escuela está preparada para eso?
Según S. Carli, la relación entre comunicación – educación – cultura designa una zona compleja para pensar los fenómenos educativos contemporáneos caracterizados por las aceleradas transformaciones culturales, tecnológicas y sociales que han tenido impacto en los procesos educativos y en los sujetos de la educación en los últimos veinte años. La investigación de Carli es una mirada a la transformación cultural y tecnológica que afecta a la educación, viendo a la misma desde afuera del sistema educativo y más relacionada con los medios y el mercado. Pese a ello, este estudio presenta varias ausencias, entre otras: la educación y la radio, las perspectivas de género y raza, y el impacto en América Latina de los contenidos extranjeros, entre otros.
Dice la autora: “Vivimos en un país de niños que dirigen las compras; ¡los niños influyen en la adquisición de nada menos que el 62% de los monovolúmenes y todoterrenos! Nickelodeon posee al 50% de la franja de edad de 2 a 11 años en la televisión comercial infantil”. El país, en este caso, es Estados Unidos y la empresa es Nickelodeon, una empresa publicitaria que se presenta a sí misma, se publicita, con sus resultados masivos de “posesión” infantil, pero acaso el país podría ser perfectamente cualquier otro país “desarrollado” (o no) y la empresa cualquier otra gran corporación. El término “poseer” no es ninguna errata ni ningún error de traducción".
Y apuntala. "Todo, todo, debe incitar a la compra compulsiva. Definitivamente, y aunque sólo fuera por esta vez, Springsteen se equivocó. No hemos nacido para correr sino para consumir (o eso pretenden), y no desde edades razonablemente adultas. Como señalara el Marx del Manifiesto, el capitalismo no respeta límites ni tradiciones: no hay nada sagrado bajo las heladas aguas del cálculo mercantil. Todo ser, vivo o no, está en su punto de mira y explotación; todo ser viviente con capacidad adquisitiva es objetivo prioritario de las grandes corporaciones que mandan con mano de hierro y orientan preferencias y necesidades en el sistema global. Y cuando se afirma “todo ser” es, efectivamente, todo ser que pueda adquirir cualquier mercancía, y todo espacio o medio por el que pueda transitar o en el que pueda fijar su atención: salones de infancia, centros médicos, estaciones públicas de metro o de ferrocarril, cine, radio, exposiciones, escuelas, universidades, transbordos subterráneos decorados totalmente de anuncios, fachadas o terrazas de edificios, camisetas de deportistas o de trabajadores de esas mismas empresas que exhiben gozosos publicidad en tiempo y espacio no laboral, y así siguiendo.”
* Argentina es un país socialista, y en ese sentido los comentarios sobre Marx son de la autora.
Entrevista con Viviana Minzi - Fuente: La iniciativa de la comunicación.
Nacidos para comprar: los nuevos consumidores infantiles. Rodrigo González Reyes. Reseña.
Fuente: Comunicación y Sociedad. Departamento de estudios de la comunicación social. Universidad de Guadalajara. PDF.
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